AddavelleMontresor

Lo sé todo y sólo puedo decir que realmente no sé quién eres. Supongo que sabes lo que sigue, y la razón es más que obvia. Cuida del gato. No hay nada más que decir.

Tal vez parezca que solo juego con esto, pero no es así, y n o quiero que pienses eso. Realmente no sé qué es lo que quiero, hace mucho que no lo sé, pero siempre fui sincera contigo. Sé que yo decidí que nos separáramos, porque sentía que era lo mejor. Ahora no sé si sea realmente así, pero lo que sí sé es que no quiero perderte. Te lo dije esa vez y aún lo siento así, quiero cumplir todas esas cosas que nos prometimos, si tú también lo quieres, claro. No ahora, tal vez en unas semanas o meses, tal vez años, pero me gustaría que al final termináram

Cada vez que miro tus ojos, es como un sueño. Me pierdo en ellos, en tu sonrisa, en tu belleza. No sabría describir qué es lo que siento por ti, es inexplicable que en algún momento ni siquiera sabía tu nombre y ahora tú estás todo el tiempo en mis pensamientos. Eres lo primero en lo que pienso al despertar y lo último en lo que pienso antes de irme a dormir por las noches. Te eh soñado un sinfín de veces, y anhelo in futuro a tu lado. Me siento tan afortunada de tenerte, de poder amarte tanto y ser correspondida. Eso me hace realmente feliz. Tú me haces feliz. No te imaginas cuánto.

Demián no dijo nada más, pero yo tampoco quise preguntar más. Sus palabras parecían sinceras pero no le creí nada. Para mí, esto seguía siendo algo así como un sueño aunque no sabía qué era real. ¿Lo de Evan fue una pesadilla?¿ahora mismo yo estaba soñando?¿estaba muerta y Demián era un ángel buscando la forma de decírmelo? Dijo que no era un ángel. Claramente yo estaba muy confundida. Nos fuimos del bosque, caminamos sin dirección aparente por lo que a mí me pareció una eternidad, pero pronto pude ver una cabaña en medio de la

Cuando nací, mi madre leía libros de Edgar Allan Poe, de ahí salió mi nombre, que siempre consideré ridículo pero hasta ahora no eh conocido a otro Fortunato. Fui hijo único, después de mí ya no pudo tener más hijos, aun así éramos felices. Mi padre tenía un buen trabajo y mi madre me cuidaba, ellos estaban muy enamorados y yo los quería demasiado. Habían batallado mucho para que yo naciera, ya no eran tan jóvenes y por eso me cuidaban como un tesoro. Podría decirse que éramos un modelo de familia feliz, claro que a veces ellos tenían discusiones pe